Uno de
los temas que genera mas debate dentro de la comunidad biker es la típica pregunta
¿Qué es mejor? ¿26 o 29 pulgadas?. Basta con sacar el tema y todo el mundo tendrá
su opinión, su teoría y sus preferencias. Para aportar un poco de luz sobre el
tema y tratar de obtener algún dato objetivo acá les traigo el resultado de un
pequeño experimento llevado a cabo con 2 bicicletas iguales en todo, menos en
el tamaño de sus ruedas.
¿Qué rueda es mejor? ¿26 pulgadas o 29 pulgadas? ¿Qué diferencia hay entre ellas?. Esa ha sido la discusión desde hace años y hasta ahora la mayoría de opiniones se basaban en las sensaciones o en estudios pocos rigurosos o a pequeña escala. Incluso en estudios de las propias marcas de bicicleta. Algo de mas que dudosa imparcialidad
El hecho de que una bicicleta tenga las ruedas mas grandes hace que la geometría de los cuadros deba adaptarse ligeramente. Las diferencias básicas son las siguientes:
ü
La altura
o stack del cuadro es mayor en las bicicletas de 29”. La
altura del cuadro está definida por la distancia vertical existente entre el
eje del pedalier y la parte superior del tubo de la dirección, también
denominado pipa. Esto hace que, en principio, la altura del manillar en
referencia al sillín sea más elevada en comparación con una bicicleta de 26”, y
por lo tanto, que la posición del tronco del ciclista sea más erguida. Esto se
puede compensar empleando potencias invertidas y eliminando los
espaciadores que se sitúan entre la dirección y la potencia. Esta
característica es más influyente en ciclistas de menor estatura, puesto que su
sillín se coloca a menor altura.
ü
Aunque la
altura del eje del pedalier sobre el suelo es mayor en las bicicletas de 29”,
respecto a los ejes de las ruedas este punto está más bajo que una de 26”, por
lo que el centro de gravedad del ciclista está más bajo en la
de 29 que en la de 26”.
ü
La
longitud entre ejes es prácticamente la misma en las tallas medianas y
ligeramente mayor en las tallas más pequeñas. La diferencia está solo en la
longitud de las vainas, que es algo mayor en las 29 para que quepa la rueda.
La
teoría
A la hora de comparar el rendimiento de dos bicicletas
con diferente tamaño de ruedas debemos tener en cuenta que diferencias físicas
hay entre ellas. En términos de aceleración, se puede afirmar que a
mayor tamaño de rueda peor capacidad de aceleración tiene.
La
inercia de las bicis de 29” es mayor, ya que pierde menos energía o velocidad
en la absorción de pequeños baches debido a que tiene un mayor ángulo de ataque
así como porque suelen ser ligeramente más pesadas.
Este
mayor ángulo de ataque hace que mejore la capacidad para superar los
pequeños obstáculos que encontramos por los caminos y senderos. En cuanto a la
tracción, se supone que será algo mejor en la 29” al tener más superficie de
contacto con el suelo.
El peso
total de la bici es un condicionante directo sobre el rendimiento, ya
que es un lastre que el ciclista debe soportar especialmente en las subidas. En
general, las bicicletas de 29” son más pesadas que las 26”, y por lo tanto se
debe tener en cuenta.
Experimento
Para tratar de valorar y medir las supuestas
ventajas o inconvenientes de ambas bicicletas pensamos que lo mejor
sería comparar el rendimiento de varios ciclistas sobre un mismo recorrido con
ambas bicicletas: una de 26” y otra de 29”.
Para
ello, se utilizo un medidor de potencia instalado en cada bicicleta
mediante el cual se controlo e igualo
esta variable. De esta forma, las diferencias en la velocidad entre una y otra
bicicleta se pueden achacar únicamente a la diferencia en el tamaño de las
ruedas.
Además
del rendimiento en subida, el circuito también incluía dos bajadas en las que
se tomaron tiempos con ambas bicicletas. Además, para tener algunas opiniones,
los ciclistas probadores rellenaron un sencillo cuestionario.
Metodología
ü Se utilizaron 2 bicicletas
de la misma marca y modelo (Specialized Stumpjumper) que solo se
diferenciaban en el tamaño de las ruedas. Como la bicicleta de 26” pesaba 500gr
menos que la de 29”, se lastró con un bidón de agua para que ambas pesasen lo
mismo. Las dos bicicletas estaban equipadas con las mismas cubiertas nuevas que
fueron hinchadas con la misma presión. Las suspensiones de ambas bicicletas
también fueron reguladas con las mismas características. En las dos bicicletas
se montó un buje Powertap.
ü 8 ciclistas de distintas
características y niveles de condición física participaron en el experimento.
La altura del sillín en las bicis de prueba fue la misma que la que llevaban en
sus bicicletas.
ü El circuito empleado es parte del
que se utilizó en el Campeonato de España de XC en el año 2011 en Becerril de
la Sierra. El recorrido estaba compuesto por 4 partes claramente diferenciadas:
dos subidas y dos bajadas. La primera subida (subida 1) se hacía por asfalto y
tenía una longitud de 2km con una pendiente media del 4,2%. La segunda subida
(subida 2) se realizaba por un sendero y por una pista con algo de tierra
suelta y piedras.
ü Tenía una longitud de 2,2km y una
pendiente media del 6% aunque con varias rampas que pasaban del 12%. La primera
bajada (bajada 1) se realizaba por un sendero de poca dificultad técnica aunque
con muchos charcos y algo de barro. Tenía una longitud de 2km y una pendiente
media del 4%. La segunda bajada (bajada 2) tenía una primera parte de pista y
una segunda parte de sendero con gran dificultad técnica que obligaba a los ciclistas
a bajarse de la bici para superar un par de pasos complicados.
ü Tenía una longitud de 1,2km y una pendiente media del 10%. Cada uno de estos tramos estaba correctamente señalizado, por lo que cada ciclista fue marcando en el dispositivo cada uno de estos parciales para facilitar el análisis de los datos de cada tramo. Todos los ciclistas realizaron el recorrido en tres ocasiones, una de reconocimiento con sus propias bicicletas y 2 con las dos bicicletas de la prueba. Adicionalmente, dos de estos ciclistas realizaron otro día una subida más (subida 3) con ambas bicicletas para obtener un mayor volumen de datos. La subida 3 es una pista de tierra compactada de 2km de longitud con un 2,5% de pendiente media.
ü Desarrollo del experimento. Los
dos recorridos del experimento se realizaron el mismo día para que las
condiciones del terreno no variasen. Los dos recorridos se realizaron de forma
consecutiva por cada ciclista para que las condiciones de viento fuesen lo más
parecidas posible. El orden de las bicis con las que se hicieron los recorridos
fue aleatorio, es decir, que unos ciclistas empezaron con la de 26” y otros con
las de 29”. La intensidad a la que realizaron la primera vuelta al circuito con
una de las bicicletas del experimento fue libre. Una vez completada, se procedió
a analizar la potencia media a la que se habían realizado las dos subidas. Una
vez conocido este dato, cada ciclista trató de realizar las siguientes dos
subidas (con la otra bicicleta del experimento) exactamente a la misma potencia
media con el objetivo de igualar el esfuerzo físico realizado con ambas bicicletas
y así investigar las diferencias entre una y otra bicicleta. Como se muestra en
los resultados, unos ciclistas lo consiguieron y otros no. En cuanto a las
bajadas, la única indicación que los ciclistas recibieron es que bajasen con el
mismo nivel de esfuerzo y de riesgo en ambas bajadas.
Tras
finalizar las pruebas, los ciclistas completaron un pequeño cuestionario en el
que se recogieron sus sensaciones así como otros datos de interés.
Resultados
En la
tabla 1, tabla 2 y tabla 3 se pueden observar los resultados obtenidos en los 3
tramos de subida analizados. Como se puede observar, hay una clara tendencia a
obtener mejores tiempos de subida con la rueda de 29” cuando el ciclista
consigue regular bien el esfuerzo y hace las dos subidas comparativas a la
misma potencia media. Faltan los datos de un ciclista debido a un error
informático.
Análisis
de los resultados
En subida. A la luz de los datos mostrados parece
las bicicletas con ruedas de 29” suponen una mejora a la hora de subir o
llanear, tanto en asfalto (subida 1) como en senderos (subida 2) o pistas
(subida 3).
En
prácticamente todos los casos se han medido mejores tiempos en los tramos de
subida desarrollando la misma potencia. Solo en uno de los casos no se
encontraron diferencias entre una y otra bici (ciclista 4 en la subida 1).
Estas
mejoras no son demasiado significativas si lo expresamos en porcentajes, ya que
mejorar 10 segundos en una subida de 6 minutos apenas supone un 3% de mejora.
Sin embargo, si estamos hablando en términos competitivos, una mejora del 3%
puede suponer una mejora muy importante sobre el rendimiento.
En
algunos casos, estas diferencias han sido bastante mayores, como pueden ser el
ciclista 4 y el 6 en la segunda subida.
Conviene
recordar que para el presente experimento se ha igualado el peso de las bicis
de forma artificial para igualar las condiciones, por lo que si se tratase de
una situación más real habría que tener en cuenta que lo normal es que la bicicleta
de 29” aporte entre 500 y 1000 gramos más.
Un kilo
más en la segunda subida significarían entre 5 y 7 segundos de demora. Con
estos datos objetivos sobre rendimiento parece que existe una evidencia
bastante clara de que con una bicicleta de 29” las mejoras están garantizadas.
Así lo
manifiestan 6 de los 8 probadores al afirmar que para competir elegirían una
bici de 29” antes que una de 26”.
A la hora
de analizar los resultados en bajada, lo cierto es que no se observan datos
concluyentes, ya que en la bajada más sencilla (la primera) si miramos el
tiempo total ganan las 26” por unos 20 segundos, y sin embargo, en la bajada
más complicada las 29” le han sacado 30 segundos a las de 26”.
La creencia
popular afirma más bien lo contrario: que la rueda de 26” es más rápida en
zonas técnicamente complicadas. Esta disparidad de resultados bajando se puede
deber a varias circunstancias:
ü
Gran
abundancia de charcos y riachuelos. Las ganas de mojarse más o menos han podido
hacer que haya diferencia entre una bajada y otra.
ü
Partes de
pedaleo. En ambas bajadas había 2 0 3 secciones en las que había que pedalear,
y por lo tanto, siempre existe la variabilidad de que con una bicicleta se
pedalee con más intensidad que con la otra.
ü
Efecto
aprendizaje. En bajadas técnicas, es imposible anular el efecto del
aprendizaje, es decir, que la segunda bajada siempre será más rápida que la
primera independientemente de la bici con la que se vaya.
ü
Nivel de
riesgo. En bajadas complicadas, gran parte del rendimiento tiene que ver con
las ganas de arriesgar de cada uno, y por lo tanto, es una variable
difícilmente controlable.
Por estos
motivos, el análisis objetivo de los datos obtenidos en los tramos de bajada no
es suficientemente claro. Por tamaño de rueda, sabemos que la 29” pasa mejor
los obstáculos.
Sin
embargo, este mayor tamaño hace que sea más difícil de manejar ante cambios
rápidos de dirección, que es un poco las sensaciones que los probadores
comentaban al concluir las bajadas.
De hecho,
6 de los 8 probadores creen que las 26” son mejores bajadoras que las 29”.
En este
sentido, es necesario apuntar que solo uno de los 8 probadores es dueño de una
bici de 29”, por lo que su habilidad con la bici de rueda grande quizá necesite
un pequeño periodo de aprendizaje.
Es
posible que después de varias salidas con una bicicleta de 29” su percepción
del comportamiento en bajada sea diferente.
En los
debates que se generan sobre este tema siempre sale a relucir la estatura del
ciclista a la hora de decantarse por uno o por otro tamaño de rueda. Al
respecto, no existe ninguna norma o recomendación generalista, aunque
atendiendo simplemente a la proporcionalidad, lo más probable es que las
personas de menos de 165cm se encuentren más cómodas con las bicicletas de 26”
especialmente a la hora de manejarlas en bajada.
Sin
embargo, se puede afirmar que las ventajas que aportan las ruedas más grandes
pueden ser aprovechadas por igual tanto por personas más altas o más bajas. El
nivel técnico de cada ciclista también puede jugar un papel importante a la
hora de decantarse por una o por otra, ya que como se ha señalado la 26” es más
fácil de manejar y por lo tanto se puede adaptar mejor a aquellos ciclistas con
menores habilidades técnicas.
En
cualquier tipo de bicicleta, es muy importante ajustar y personalizar la bicicleta
a las características del ciclista en cuanto a la posición del sillín y del
manillar. Es la forma de hacer que las bicicletas sean cómodas para cada uno
así como eficientes en el pedaleo y el manejo.
Las
diferencias que existen en la geometría de una y de otra prácticamente se
pueden igualar jugando con el manillar, la potencia que se emplee y los
espaciadores que se coloquen entre la dirección y la potencia.
Por
ejemplo, en una 26” puede ser normal llevar la potencia hacia arriba
(angulación positiva) o un manillar de doble altura. Mientras que en una 29” es
más frecuente ver manillares planos y potencias hacia abajo.
Con esto
queremos señalar que el comportamiento de la bicicleta así como la posición del
ciclista no solo depende del tamaño de la rueda sino de los ajustes que hagamos
sobre la misma. Es muy frecuente encontrar ciclistas con bicicletas de 29” que
no modifican la posición del manillar respecto a su antigua bicicleta de 26”,
es decir, que si llevaban la potencia hacia arriba y 2 cm de espaciadores
siguen llevándolos en la bici de 29”. Esto hace que la posición para pedalear
no sea la idónea.
Conclusiones
Posiblemente este sea el primer experimento
pseudocientífico realizado en el que se compare el rendimiento de estos dos
tipos de bicicletas controlando la intensidad del pedaleo mediante el control
de un medidor de potencia.
Los
resultados indican que, para un mismo nivel de esfuerzo, la bicicleta
de 29” resulta más rápida que la de 26” cuando se trata de dar
pedales en llano o en subida. En descenso, los resultados obtenidos
han resultado poco clarificadores, por lo que es complicado sacar conclusiones
debido a que existen variables incontrolables en este tipo de estudio.
La
elección de un tipo de bicicleta u otra se debe realizar en función de los
objetivos de cada ciclista, optando por las ruedas más grandes cuando el
rendimiento sea la prioridad y por las pequeñas cuando el objetivo sea la
diversión en bajadas trialeras. Para un ciclista rutero, las dos bicis pueden
ser una buena opción
El
resultado del estudio confirma que las ruedas de 29” son más rápidas que las de
26”. En general las 29” fueron un 3% mas rápidas que las de 26” pero lo mas
sorprendente es que fueron mas rápidas incluso en las zonas diseñadas para que
la de 26” tuviese ventaja. Eso significa que las ruedas grandes son mas
efectivas incluso en el terreno que se considera mejor para las ruedas
pequeñas.
Además,
cada uno de los ciclistas aseguro sentirse con mejor tracción y mayor facilidad
de superar obstáculos con la de 29”.
Con
ello queda claro que las de 29” son más rápidas que las de 26”, y aunque se
trata de ganancias marginales para la mayoría de los ciclistas, en definitiva
es una ventaja importante si se trata de pelear por una competencia, pero una
diferencia poco significativa para los usuarios recreativos. Obviamente, con la
de 29” podremos sacar mayor provecho si nuestras rutas transcurren por zonas
mas propicias para este tipo de ruedas.